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    Bioseguridad en el Trabajo: 4 Prácticas Esenciales

    Las mejores prácticas de bioseguridad reducen los riesgos para la salud, aumentan la integridad del material experimental y mejoran la calidad del producto.

    Principios de la Bioseguridad

    El objetivo principal de un programa de bioseguridad es proteger al personal, al público y al medio ambiente de la exposición a agentes biológicos infecciosos, toxinas y sustancias bioactivas.

    Además de prevenir infecciones adquiridas en el laboratorio en entornos académicos e industriales, un buen programa de bioseguridad garantiza la producción de preparados estériles en la industria farmacéutica y el procesamiento aséptico en la fabricación de alimentos y bebidas. Las buenas prácticas de bioseguridad también pueden limitar la transmisión de microorganismos entre pacientes y controlar los riesgos ambientales de infección en hospitales y otras instalaciones de atención médica. El incumplimiento de los protocolos de bioseguridad aumenta el riesgo de exposición a riesgos biológicos y reduce la integridad del material y los productos experimentales.

    Este artículo describe cuatro prácticas esenciales para fortalecer la bioseguridad en el lugar de trabajo:

    1. Realizar una evaluación de riesgos biológicos

    Antes de manipular agentes biopeligrosos, los administradores de laboratorio y los profesionales de bioseguridad deben realizar una evaluación de riesgos. Este proceso es esencial para nivelar con precisión la bioseguridad y establecer procedimientos para mantener a los trabajadores de laboratorio y al público a salvo de los riesgos biológicos en el lugar de trabajo.

    Aunque no existe una forma estándar de realizar una evaluación de riesgos biológicos, puede comenzar por determinar las fuentes de riesgos biológicos en el lugar de trabajo. Estas fuentes pueden incluir compuestos bioactivos, plantas dañinas y organismos que causan enfermedades infecciosas. Los niveles de riesgo para la salud de un peligro biológico pueden determinarse por la patogenicidad del agente, la vía de transmisión, la estabilidad en el medio ambiente, la dosis de infección y la disponibilidad de prevención y tratamiento efectivos.

    Después de evaluar los peligros del agente, debe evaluar los peligros del procedimiento de laboratorio, incluida la concentración del agente, la escala de operación y el volumen utilizado, los riesgos de exposición a aerosoles o contacto con gotas de suspensiones infecciosas y el uso de objetos punzocortantes o agujas. Con base en las características del agente y la naturaleza del trabajo realizado, determine el nivel de bioseguridad y los controles de riesgo apropiados. Por ejemplo, los laboratorios de producción que se ocupan de agentes no letales que representan una amenaza potencial mínima para los humanos (como el microorganismo probiótico Lactobacillus acidophilus) generalmente se consideran BSL-1, el nivel de laboratorio de bioseguridad más bajo. Por otro lado, un laboratorio especializado que trata con patógenos de fácil transmisión que pueden causar enfermedades mortales (como el ébola) se designa como BSL-4, el nivel de seguridad biológica más alto que puede alcanzar una instalación.

    Finalmente, los líderes de laboratorio y los profesionales de bioseguridad deben evaluar regularmente la competencia de las prácticas de seguridad, verificar con frecuencia la integridad del equipo de seguridad y revisar periódicamente la evaluación de riesgos para garantizar una operación de laboratorio segura.

    2. Utilizar el equipo de seguridad adecuado

    Cuando se seleccionan y utilizan correctamente, los controles de ingeniería y el equipo de protección personal (EPP) funcionan como barreras principales para evitar la exposición a agentes biológicos nocivos.

    Los controles de ingeniería son dispositivos o equipos diseñados para separar a las personas de los riesgos biológicos. Se consideran la primera línea de defensa contra los riesgos biológicos e incluyen contenedores cerrados, copas centrífugas de seguridad y gabinetes de bioseguridad. Las copas de centrífuga de seguridad minimizan la liberación de aerosoles durante la centrifugación y los gabinetes de bioseguridad contienen microorganismos patógenos durante los procesos microbiológicos. Los gabinetes de bioseguridad Clase I y II brindan protección ambiental y personal contra partículas peligrosas. Las cabinas de bioseguridad Clase II también evitan la contaminación de productos y material biológico (es decir, cultivos celulares) durante las manipulaciones microbiológicas dentro de la cabina. Los gabinetes de clase III son herméticos a los gases y brindan el más alto nivel de protección para el medio ambiente, el producto y el usuario; están diseñados para BSL-4, agentes altamente infecciosos.

    Siempre que sea posible, los riesgos deben eliminarse mediante un mejor diseño de las instalaciones, controles de ingeniería adecuados y mejores procesos de laboratorio. Si los riesgos no pueden eliminarse, deben minimizarse mediante el uso de EPP, que puede incluir guantes, anteojos de seguridad, protección facial, respiradores, batas de laboratorio o trajes de cuerpo completo. Aunque el EPP no evita que aparezca el peligro, protege al usuario una vez que el peligro biológico entra en contacto con él.

    Los empleados deben estar familiarizados con el equipo de seguridad, usarlo cuando sea necesario e informar de inmediato cualquier defecto o daño en dicho equipo.

    Los supervisores son los principales responsables de implementar el programa de seguridad en el lugar de trabajo al garantizar que se hayan evaluado los peligros, que estén disponibles los controles de ingeniería y el EPP apropiados, y que los empleados hayan recibido capacitación sobre el uso, cuidado y eliminación adecuados del equipo de seguridad. Los empleados deben estar familiarizados con el equipo de seguridad, usarlo cuando sea necesario e informar de inmediato cualquier defecto o daño en dicho equipo.



    3. Diseñar instalaciones para evitar la liberación de agentes biológicos nocivos

    El diseño de la instalación es esencial para proporcionar una barrera secundaria que proteja a la comunidad exterior y al medio ambiente de la liberación accidental de agentes infecciosos de los laboratorios. Las barreras secundarias recomendadas dependerán del propósito de cada laboratorio y del nivel de bioseguridad recomendado para el agente que se manipula.

    Los laboratorios BSL-1 y BSL-2, por ejemplo, deben tener aislamiento del acceso público, disponibilidad de equipos de descontaminación (por ejemplo, autoclave) e instalaciones para lavarse las manos. Las barreras secundarias adicionales en los laboratorios BSL-3 pueden incluir puertas dobles de cierre automático y un sistema de ventilación balanceado que proporciona un flujo de aire direccional al laboratorio. En las instalaciones BSL-4, los laboratorios deben estar ubicados en un edificio separado, sin ventanas, y los empleados deben esterilizar todo el cuerpo antes de entrar y salir del laboratorio.

    Principalmente, esta forma de contención se logra no solo con laboratorios bien equipados con respecto a la estructura física sino también con respecto a las rutinas de trabajo, incluida la eliminación de desechos sólidos, la limpieza y desinfección de objetos y áreas de laboratorio.

    4. Seguir buenas técnicas y prácticas de laboratorio

    Un diseño de ingeniería de laboratorio correcto y el uso adecuado de los equipos de seguridad por sí solos no son suficientes. Las buenas técnicas y prácticas de laboratorio también son componentes centrales de la seguridad en el lugar de trabajo.

    Las buenas prácticas de laboratorio abarcan varios métodos de trabajo que minimizan la contaminación en el lugar de trabajo. Estos incluyen buenas prácticas de higiene, el uso de técnicas de manipulación que reducen la producción de aerosoles, garantizar que la boca o los ojos permanezcan intactos y nunca trabajar solo en un entorno de laboratorio. La exposición y las lesiones tienen más probabilidades de ocurrir en áreas desordenadas y mal mantenidas, por lo que mantener el laboratorio limpio y ordenado también es fundamental para lograr la máxima eficiencia y seguridad. El personal del laboratorio también debe comprender sus funciones y recibir instrucciones para desempeñar sus funciones en situaciones de emergencia, desde cortes de energía hasta derrames incidentales o actos maliciosos deliberados.

    Algunos ejemplos de estrategias efectivas que los líderes pueden usar para fomentar la gestión del riesgo biológico son: (I) conciencia de los riesgos de riesgo biológico, (II) capacitación periódica para mejorar la educación y (III) cumplimiento auditado de los procedimientos estándar. Un manual de seguridad que incluya procedimientos de emergencia y derrames de laboratorio también debe estar disponible para todo el personal y debe ser seguido por todo el personal.

    La cultura importa

    Los laboratorios académicos e industriales son entornos complejos con muchas categorías de peligro. La seguridad de todos los empleados, la comunidad y el medio ambiente depende de reglas de seguridad obligatorias y de un compromiso permanente con ellas. Cuando la bioseguridad es una prioridad compartida, las personas reconocen el valor de informar sus inquietudes, compartir información abiertamente y tomar medidas cuando sea necesario.

    Además de las prácticas descritas aquí, la bioseguridad se puede complementar con lo siguiente: definición clara de roles y responsabilidades, capacitación basada en competencias, medición del desempeño de seguridad, inspecciones y auditorías, vigilancia médica y vacunación. La acreditación y certificación de laboratorios también puede ayudar a garantizar que los laboratorios implementen medidas de bioseguridad de acuerdo con las pautas estándar. En conjunto, estos procedimientos garantizan un entorno seguro, tanto dentro como fuera del laboratorio.

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