Seguir las mejores prácticas al utilizar autoclaves es fundamental para garantizar la eficacia del proceso de esterilización y proteger usuarios y laboratorios.
Vasos de precipitados, placas de Petri, viales, buretas y cilindros, entre otros artículos de vidrio, siempre han estado presentes hasta en el laboratorio más pequeño.
Si bien la dotación de personal adecuada, la capacitación, la desinfección, la segmentación y cualquier cantidad de otros procesos contribuyen al ensamblaje y la operación sin problemas de un nuevo laboratorio, uno de los factores más pasados por alto de un nuevo laboratorio es el entorno de energía.
Las mejores prácticas de bioseguridad reducen los riesgos para la salud, aumentan la integridad del material experimental y mejoran la calidad del producto.