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Una amplia gama de precisiones, capacidades y características se suman a las opciones de balanza para cada tipo de laboratorio

Adquirir nuevo equipamiento es importante para que los laboratorios se mantengan al día. La mayoría de los laboratorios no tienen acceso a todo el presupuesto para abordar las necesidades de equipos de sus laboratorios. En esta nota verás todo lo que hay que tener en cuenta para maximizar el presupuesto.

Las herramientas de inteligencia artificial y aprendizaje automático aumentan su valor para los laboratorios de ciencias de la vida

Los agitadores cumplen un papel esencial en el laboratorio. Ya sea que prepares soluciones o realices titulaciones, los agitadores facilitan la mezcla eficaz de productos químicos y reactivos.

Los homogeneizadores de alta presión generan las emulsiones de cannabis más consistentes y estables. La base de la consistencia está en la atención prestada al paso de homogeneización antes de la extracción.

Este artículo cubre las consideraciones clave para elegir un método e instrumentos de cromatografía para las necesidades específicas de los laboratorios que realizan pruebas de cannabis.

Siempre que uno dice la palabra “laboratorio”, la imagen de un tubo de ensayo salta directamente a la mente, ¿no es así? Los tubos de ensayo se han vuelto icónicos con el concepto de laboratorios químicos o de microbiología, y también con los centros de recolección de muestras. Pero ¿cuánto sabes realmente sobre tubos de ensayo?

Tres de los errores más comunes que cometen los nuevos científicos cuando están aprendiendo las reglas de la centrifugación y cómo evitarlos.

Los homogeneizadores de laboratorio son mezcladores de alta velocidad y alto fraccionamiento que reducen las muestras a moléculas de tamaño uniforme al triturarlas, cortarlas y mezclarlas. Se utilizan para procesar líquidos, lodos o sustancias granulares.

El autoclave es un esterilizador a vapor, utiliza calor húmedo en forma de vapor saturado bajo presión para alcanzar una temperatura por encima del punto de ebullición, hasta 135-137°C, para destruir microorganismos como bacterias, virus, hongos y esporas.